10 REGLAS OBSOLETAS DEL LENGUAJE PUBLICITARIO

El primer descubrimiento de un joven publicitario

Al entrar en Leo Burnett con 22 añitos y entrar en aquellas primeras reuniones con los clientes o con los creatas, me sentí como un guiri. Porque en la agencia no hablaban ningún idioma conocido por mí, sino uno completamente nuevo: el lenguaje publicitario. Esculpido a medida, palabra a palabra, para sostener la superioridad que las marcas deben comunicar.

¿Por qué nadie quiere ver tus anuncios de mierda?

Hace unos días descubrí el libro «Nobody wants to read your shit», de Steven Pressfield. Nadie quiere leer tu mierda. Y os adelanto que habla de vuestros anuncios.

Pressfield, autor de más de 20 libros de distintos géneros, fue también redactor publicitario. Y por lo que he podido leerle, el poso que la profesión ha dejado en él parece crítico, ácido y sin complejos. La distancia le permite poner el dedo sobre la llaga de la herida sin temor.

Aprender a nadar leyendo un libro?

En publicidad, el reto ya no consiste en ensalzar la superioridad de tu producto. Deja de prometer, huye del autobombo y sustitúyelo por experiencias reales que aporten un valor a tus clientes, y tu comunicación será mucho más eficaz.