Que viva la banca, el negocio sin riesgo (o por qué de mayor quiero ser banquero)

Los privilegios de un negocio sin riesgo: la banca.

Back to basics: en qué consiste esto de emprender

En la Facultad me enseñaron que en una economía de libre mercado el emprendimiento consiste en invertir tu dinero (o el de quien decida confiártelo) en un proyecto orientado a generar un valor.  Si haces esto te pueden pasar dos cosas:

  1. Si el proyecto que emprendes consigue con éxito (por medio de sus procesos y del grado de diferenciación final del producto o servicio que ofreces) hacerse con una base de clientes fieles que consideran que les aportas un valor importante, te irá bien.  Generarás una plusvalía por el camino que podrás reinvertir en tu negocio, o en comprarte un Ferrari e irte de vacaciones a Marte.  Eso ya es cosa tuya.
  2. Si el proyecto que emprendes no consigue hacerse con una tribu de clientes fieles (bien porque no consigues desarrollar una cadena de valor eficaz, bien porque sí lo haces pero el producto o servicio resultante termina no siendo una mejor solución para el consumidor que el de tu competencia), lo normal es que des pérdidas.  Si tienes la humildad como para leer entre líneas qué es lo que tus clientes quieren realmente y posees el know how y los recursos como para redefinir tu modelo y ofrecérselo, quizá tengas una segunda oportunidad.  Si no, no te quedará otra que echar el cierre y, muy probablemente, hacerte cargo de las deudas que queden por el camino.

Servidor sabe bastante más de ese segundo camino que del primero.  No sólo lo sufrí en mis carnes, sino que he escrito un libro sobre ello (Game Over, los 13 errores que me llevaron a cerrar mi empresa) y he viajado por casi toda España hablando de mi experiencia.

Supongo que hasta aquí estamos de acuerdo:  el emprendedor se lanza a desarrollar su negocio atraído por esa promesa de beneficio (además de por su propio espíritu y afán por realizarse).  Pero se lanza siendo totalmente consciente de que lo hace a riesgo propio.  Puede irle bien.  O puede irle mal y perder todo lo invertido.

Si emprendes, eres como un pionero que se aventura en una tierra inhóspita.  Luchas todos los días, aprendes todos los días, y arriesgas todos los días.  No nos quejamos, sabemos que es lo que hay.


El ultimo superviviente
Pues resulta que no funciona siempre así

Hay un sector en el que un puñado de empresas gestionadas torpe e irresponsablemente, han caído en lo más profundo de los números rojos y sin embargo no transitan por el camino número 2.  No tengas ninguna duda: no echarán el cierre ni solicitarán un concurso de acreedores y nadie se hará cargo de sus deudas.

Pero volvamos al ejemplo de una empresa "normal". En el año 2005 tuvimos que cerrar mi primera empresa.  Uno de los créditos pendientes era un modesto leasing con un banco llamado Cajamadrid. En uno de los momentos más jodidos de mi carrera profesional, visité a la directora de la oficina para proponerle un plan de amortización de la deuda.  Me contestó con un plan alternativo consistente en pagarlo todo cagando leches.

Esta misma empresa, hoy llamada Bankia, resulta que debe 23.000 millones de euros.  Desequilibrio patrimonial que será compensando por las inyecciones de capital del Estado, que a su déficit orgánico (e.d. la diferencia entre los ingresos y los gastos públicos) deberá añadir los intereses galopantes de la deuda en la que debe incurrir para tapar estos agujeros (19.000 millones hasta la fecha).  Qué diferente es la tolerancia con una empresa en dificultades, en función del sector en el que opere.

"Protejamos a los bancos porque no podemos permitirnos el lujo de que se desplomen"

Este es el principal argumento de los políticos.  La banca no puede caer, porque arrastraría a los ciudadanos y a las empresas agravando nuestra situación.  

Hace exactamente un año, mientras me abría paso a través de un diario infestado de noticias apocalípticas, apareció ante mis ojos este artículo de Paul Krugman, premio Nobel de Economía.  Un tipo al que se la da bien hacer comprensible lo complejo, cuando la mayor parte de los pseudo-especialistas en Economía a los que seguimos en tertulias televisivas, hacen justo lo contrario: parapetar su ignorancia detrás de un lenguaje críptico que nos impide entender la realidad que vivimos.

Krugman expone cómo el 99% de los Estados occidentales responden como autómatas al ahogo de los bancos rescatándoles con fondos que disparan su escalada de deuda y sus costes financieros, obligándoles a recortar el gasto público para acercarse a un equilibrio presupuestario imposible.  Sin embargo Islandia, presa de una catarsis sin precedentes, dejó que los bancos se arruinasen y amplió su red de seguridad social.  Aparentemente, los ciudadanos de a pie conservaron sus depósitos y fueron las empresas y los tenedores de productos más sofisticados de ahorro (fondos, acciones, etc) quienes tuvieron que afrontar importantes quitas.

¿Cuál de estas alternativas prefieres?  

  1. Tu primera alternativa consiste en pagar sin rechistar un promedio de 356 euros más de IVA al año y 222 euros más de IRPF.  Eso son 578 euros multiplicados por el número de años que debamos seguir apretándonos el cinturón.  Los expertos apuntan que estaremos jodidos como mínimo hasta 2014, lo cual quiere decir que si el Estado no relaja su política fiscal, el efecto de este sablazo sobre tus bolsillos en los proximos dos años se acercará a los 1.200 euros.  Y ni siquiera estoy contemplando los aumentos en tasas (medicamentos, educación, impuestos locales, etc) que también sufres ni el encarecimiento de los servicios públicos (parecemos haber olvidado ya que el coste de un billete de Metro en Madrid se ha duplicado en el último año).   Probablemente la cantidad se aproximaría a los 2.000 euros.  Pones ese dinero y sin embargo los servicios que recibes del Estado son cada vez peores.  
  2. Ahora imagínate algo simplemente imposible, me temo.  Arrinconado ante la presión popular de los ciudadanos indignados por esta estafa, nuestro Gobierno decide dejar caer a Bankia, protegiendo las cuentas más básicas, pero obligando a importantes quitas en depósitos, fondos de inversiones y acciones.  ¿Cuántas personas en este país estarían dispuestas a palmar un máximo de 1.200 euros de sus ahorros YA MISMO (el equivalente al cálculo anterior)?  Perderías eso de una vez, pero el Estado no tendría que poner un céntimo sobre la mesa, ni privar a tus hijos de sus becas de comedor, ni a tus padres de la subvención que necesitan para sus medicamentos.  Y sobre todo, no se te quedaría cara de imbécil cuando ves cómo cada día se desahucia a ciudadanos cuyos impuestos sirven para salvarle el trasero a quienes desahucian.  

Bankia

Posiblemente alguien leerá esto y me acusará de demagogo.  Posiblemente muchos os decantáis por el segundo camino.  

Jamás debió ser de esta manera

Como dice Krugman, "no tenía, ni tiene que ser de esta manera".  Los bancos son empresas que compiten en una economía de libre mercado.  Igual que mi empresa (solo que con un balance 10.000 veces menor).  Y deberían regirse por las mismas reglas.  Estaremos dirigidos por un gobierno neo-con, pero esto parece la Unión Soviética.