Esta semana estuve impartiendo formación a un grupo de profesionales del marketing de una marca de lujo muy conocida. Un grupo inquieto y curioso que demostró mucho interés en las nuevas formas de comunicación de marca que habitualmente divulgamos cuando nos llaman.
Algunas personas me insistieron en que les ayudase a distinguir entre un contenido y un anuncio (en concreto entre un contenido y un «anuncio largo»). Parece que un spot de 20 segundos, como formato fácilmente reconocible y asociado con el OTS (la repetición) es más fácil de descartar mentalmente como contenido. Sin embargo, la confusión parece aumentar cuando la duración del anuncio parece justificar que estamos ante una «historia de marca».
Si el anuncio cuenta una historia, además de ser un anuncio, ¿es un contenido?
El origen de la confusión
Para mi la distinción no puede ser más clara. Ahora entro en ello.
Pero antes comparto con vosotros las razones por las que creo que todavía hay quien lo confunde:
- La industria publicitaria no ayuda, CONFUNDE. Las agencias de publicidad (lo diré todas las veces que haga falta), NO son expertas en contenidos. Son expertas en anuncios. Se inspiran viendo anuncios, no series en Netflix, películas u obras de teatro. Suspiran porque sus trabajos sean premiados en festivales de publicidad, no de cine o TV. En esos festivales los jurados son publicitarios, no directores de cine, ni productores ni guionistas. Y, como en Cannes 2016, premian trabajos como este (una brillante idea orientada a impactar, no a cultivar una audiencia recurrente a través del entretenimiento o la información).
De hecho Cannes lleva tres años sin conceder un Grand Prix en Branded Content. Por lo menos son sinceros y reconocen que no se aclaran.
- La voracidad comercial lleva a cualquier a vestir cualquier idea como Branded Content con tal de venderla. En Marketing somos muy simples: cualquier término de moda añade glamur instantáneamente a un proyecto.
Un contenido y un anuncio son COSAS OPUESTAS
No hay nada que confundir. No hay posible solapamiento. Comparemos ambas cosas desde la vertiente que las comparemos, son justo lo contrario:
Os dejo con este cuadro. Espero que hoy una imagen os resulte más útil que las 400 palabras habituales.
Un saludo a todos.
P.S. Para evitar aflicción (si es que la acabo de producir), no somos talibanes anti-publicitarios. La publicidad puede ser y de hecho ES el cauce más apropiado para conseguir un impacto rápido en audiencias masivas. Pero si lo que buscamos es la relación, el camino es el contenido.