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Sobrevivir en un negocio: mi experiencia en tiempos de crisis
Si sigues este blog, sabrás que mi actual empresa (la agencia de contenidos para marcas ZOND) no es la primera que he tenido.
Entre 2005 y 2008 llegué a gestionar 3 restaurantes de comida «rápida y sana» (oferta basada en ensaladas y fruta fresca) en 3 puntos de la ciudad de Madrid. Hasta que llegó la crisis… y tuvimos que cerrar.
Estuve paralizado durante meses, intentando digerir el sentimiento de culpa y fracaso. Hasta que decidí dejarlo salir. Y me puse a escribir mi primer libro: «Game Over: los 13 errores que me llevaron a cerrar mi empesa». En este vídeo, que pertenece a una serie reciente que produje durante el confinamiento, resumo sus conclusiones:
Nunca me habréis oído culpar a la crisis del cierre de aquella empresa.
Si hay empresas que se ven obligadas a echar el cierre y otras que sin embargo siguen en funcionamiento a pesar de las dificultades, la causa de los cierres no puede ser solo la crisis…
Si sobrevivir en un negocio no es algo que dependa siempre de factores externos, la pregunta obligada es: ¿qué diferencia a los empresarios y autónomos que siguen a flote de quienes se hunden?
Sobrevivir en un negocio: lo que depende de ti
Sin duda podría echarle la culpa a la crisis de 2008 del cierre de mis restaurantes. De hecho, confieso que durante un tiempo lo hice. Pero ese bucle de autocompasión no me permitía avanzar.
Hay una alternativa a este bucle.
Tal vez no sepas que el término «CRISIS», en griego tiene una acepción que significa «DECISIÓN».
Ante los preocupantes sucesos de los últimos meses, ante la crisis sanitaria, la económica, la destrucción de empresas y empleo y las calamitosas predicciones que escuchamos todos los días en los medios, caben dos actitudes radicalmente opuestas.
LA EXÓGENA, que consiste en:
- Esperar, encogernos, actuar de un modo reactivo.
- Culpar a factores externos o a errores de terceros de lo que nos está sucediendo (a la ciencia, al Gobierno de turno, a la OMS…).
- Esperar que circunstancias que no dependen de nosotros nos permitan mejorar nuestra situación
LA ENDÓGENA:
- Ponerme en marcha de modo proactivo.
- Identificar qué pasos (aunque sean pequeños) puedo dar para mejorar mi situación actual en el medio plazo.
- Implementar de inmediato esas medidas que sí dependen de mí.
Pasemos entonces a la siguiente pregunta del millón…
¿Pero qué depende de ti?
Entre los muchos libros que leí sobre el fracaso empresarial antes de ponerme manos a la obra con «Game Over…», el que más me iluminó fue sin duda «Why smart executives fail» de Sydney Filkenstein, profesor del Dartmouth College.
En su libro, Filkenstein nos explica los resultados de sus 200 entrevistas a otros tantos empresarios que habían sufrido quiebras de sus negocios. Y revela que esos fracasos tenían poco que ver con los factores que antes hemos denominado exógenos. Bien al contrario…
…la amplia mayoría de las quiebras se explican por la ceguera y el ego del líder, incapaz de adaptarse a los inevitables vaivenes de la actividad empresarial.
Ese libro me hizo entender con claridad mi error en 2008.
Yo no sobreviví a aquella crisis, pero las empresas que sí lo hicieron o incluso salieron reforzadas demostraron la capacidad de PIVOTAR, adaptándose en uno o varios de estos ámbitos:
- Sus compras: centrándose en un surtido lo más básico y rentable posible. Para hacerse pequeño como un gorrión (no olvides que los gorriones sobrevivieron a las glaciaciones y los enormes dinosaurios no), es necesario soltar lastre.
- Sus operaciones: flexibilizando tu modelo de negocio para vender nuevos productos o servicios más sencillos/directos, mejorando productividad, automatizando procesos, apostando por el mejor talento que tengas en tus equipos. Al final, tu empresa no es tan buena como tú, sino como el equipo que tengas.
- Sus ventas: entendiendo los cambios en la configuración de necesidades del consumidor. Entendiendo cómo puede cambiar el concepto de valor en un momento de vacas flacas. Entendiendo la necesidad de acompañar, entender e incluso proteger a tu cliente. Centrándose en la fidelización de clientes existentes en lugar de la captación indiscriminada de nuevos.
Hay restaurantes que en 2008 consiguieron no cerrar. Y centros de yoga. Y asesorías. Y pequeñas agencias de comunicación.
Resistieron el oleaje y salieron reforzados de la singladura.
Si ellos pueden, no tengas duda de que nosotros también podemos.
Hay empresas resilientes igual que hay personas resilientes
Para parecerte a esas empresas resilientes necesitas:
- Humildad para reconocer que puedes haberte equivocado en algunas decisiones relacionadas con tu negocio. Analiza (de nuevo) tus compras, tus operaciones y tus ventas para identificar qué aspecto podrías identificar. Qué lastre sobra en este momento y cómo puedes aligerarlo.
- Flexibilidad: adáptate a las nuevas circunstancias. Decide rápido. Lo perfecto es lo enemigo de lo bueno y si en general, la «parálisis por análisis» es indeseable en una pequeña empresa, en estos momentos cambiantes lo es muchísimo menos.
- Autoconfianza: el mejor fortalecedor de confianza que conozco es el cash flow. Un análisis profesional de tesorería te ayudará a reflejar lo que puedes permitirte y lo que no. Te indicará cómo va mejorando tu salud a medida que obtienes pequeñas victorias. O a la inversa, te anunciará 3 ó 4 meses antes de que sucede, en qué momento puedes quedarte sin oxígeno si no consigues más ingresos.
Si no tienes tiempo para leer a Filkenstein, aquí lo resumo en esta charla del congreso Mentes Brillantes:
Todo fluye, saldremos de ésta
Si tal vez en este momento lo ves todo muy negro.
Pero lo que acabo de contarte no es palabrería. El mero hecho de analizar lo que está en tu mano y ponerlo en práctica, incrementará tu autoestima haciéndote sentir más seguro al timón de tu empresa.
Todo esto pasará: piensa en una pequeña piedra en una playa. Las olas la invaden constantemente: unos días con suavidad y otros con gran violencia. Y sin embargo la marejada pasa: la piedra permanece inmóvil y el agua termina calmándose en torno a ella.
¡Un saludo y mucho ánimo a todos!
Nota: si quieres seguir leyendo sobre supervivencia en tiempos de crisis, te invito a descargarte mi último e-book «Reinventarse en tiempos de crisis» totalmente gratis.