Navegación
Reinventarse en tiempos de crisis: ¿alguna vez regresamos a la bonanza?
Desde 2008 el término crisis no ha llegado a desaparecer jamás de nuestras conversaciones.
La epidemia de COVID19 no ha hecho más que acelerar lo que ya se temía. A mediados del 2019 distintos expertos vaticinaban que la economía entraba sin remedio en una nueva carretera repleta de curvas. ¿Salimos alguna vez de las curvas de 2008?
La pandemia ha convertido estas previsiones de lluvia en la tormenta perfecta. Porque ya no hablamos de una crisis, sino de tres: sanitaria, económica y política.
De nuevo, las empresas menos fuertes no resistirán el envite y a nivel global, se espera una nueva recesión de posiblemente doble dígito. Hasta China, la locomotora económica más fiable del mundo en las últimas décadas, se enfreta a un incierto futuro.
No voy a hurgar en la herida: la conocéis sobradamente. ¿Intentamos enfocarlo en positivo?
La crisis que arrasó mi economía y mi salud
Me llamó la atención leer estos días que la raíz del término griego “crisis”, es común a la palabra “decisión”.
Hablando de decisiones: las que se se van a tomar en el nuevo contexto “macro” no dependen de nosotros. De hecho, obsesionarnos con ellas es consumir una energía que necesitamos para avanzar en “lo micro”: las decisiones que sí dependen de nosotros.
Sé de lo que hablo: soy todo un experto en crisis. En 2009 tuve que cerrar mi primera empresa, una cadena de hostelería “fast & natural”, que se llamaba PAUSE.
Tuve que reconstruirme económicamente, profesionalmente, y también reconstruir mi salud, porque, después de consultar a médicos de muy distintas especialidades y hacerme multitud de pruebas, fui diagnosticado con síndrome de fatiga crónica. En mi libro “Game Over: los 13 errores que me llevaron a cerrar mi empresa”, relato el descalabro. Y sus causas.
En ese libro conté el desplome, pero nunca había contado lo que hice para reinventarme. Hasta hoy.
Reinventarse en tiempos de crisis
He pensado que contar los pasos (unos planificados y otros intuitivos) que comencé a dar en 2009 tras quedarme sin blanca, con una mano delante y otra detrás, podría servir de inspiración a personas que tal vez se estén enfrentando (por decisión propia o ajena) a un punto de inflexión profesional.
Mi historia pretende servirte como inspiración, pero no es una fórmula infalible.
Emprender una actividad propia es un camino tortuoso y difícil: cualquiera que te diga lo contrario te está engañando. Desconfía de los vendemotos del Marketing digital que pululan por Internet fotografiándose junto a Ferraris y prometiéndote tu primer millón en nosecuantosmeses.
Solo te ofrezco eso: inspiración.
Es cierto que si yo logré reinventarme después de una caída tan dura como la que acabo de relatar, tú también puedes serlo. Sin ningún género de duda.
En el libro te cuento:
- Los antecedentes de mi ruina económica y cómo la viví.
- Los primeros pasos tras el batacazo y cómo debí resetear mi salud antes de volver a ser productivo.
- Mis recomendaciones para emprender una nueva actividad en tiempos de crisis: ¿ilusión? sin duda, pero también prudencia y los pies en el suelo.
- En la búsqueda de oportunidades de negocio, hablo de la importancia de la variable «valor percibido por el cliente» al lado de la variable «precio». No son lo mismo.
- La importancia de escuchar a tus clientes y observar a tu competencia antes de emprender ninguna actividad.
- La utilidad de tu marca personal: el único activo que te va a diferenciar de tu competencia en un contexto de saturación de oferta.
- La importancia que tiene comunicar nítidamente tu oferta, en el moment que hayas diseñado tu marca.
- Y finalmente, un mandatorio: servir a tus clientes. Que es lo contrario a limitarte a verles como una fuente de ingresos.
Reinventarse en tiempos de crisis: ¿cómo puedes conseguirlo?
Si eres suscriptor de este blog, ya lo habrás recibido en tu mail, os lo envié los primeros, hace unos días.
Si no lo eres, todo lo que tienes que hacer para acceder al pdf, es suscribirte a mi newsletter en la home page de este blog.
Es todo tuyo. ¡Un saludo y mucho ánimo!