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Qué es la marca personal
El concepto de marca personal es muy sencillo de entender. Suelo decir que solo complica las cosas quien no las entiende bien.
Y para qué es la marca personal a la primera, basta prestar atención al término inglés «brand«, que procede de la raíz germánica «burn» (quemar). Si lo buscas en cualquier diccionario de inglés verás que la principal acepción es «an identifying mark burned on livestock or (in former times) criminals or slaves with a branding iron». Esto es:
Una marca indeleble que distinguía al ganado. O, en tiempos de esclavitud, a las personas.
En un mundo repleto de oferta, de profesionales postulándose para vender sus servicios o pugnando por los mismos empleos, es cada vez más difícil asomar, diferenciarse, hacerse valer.
Esto es lo que aporta la marca personal: relevancia en un contexto de irrelevancia.
El primero que asoció el término marca a los individuos y no a los productos de gran consumo fue el escritor y consultor Tom Peters en su célebre artículo de 1997 «the brand called you» en la revista Fast Company.
Te resumo el artículo por si no tienes tiempo para leerlo o no vas muy sobrado de inglés: lo que va a distinguirte de los demás durante tu carrera no son tus características más tangibles como profesional (tu bagaje académico, tus títulos o los idiomas que hablas). Esas cosas pueden ayudarte pero no marcarán la diferencia entre tú y los demás.
Lo que sí marca la diferencia son los intangibles esto es, esa marca indeleble que las personas de las cuáles depende el fluir de tu carrera (jefes, clientes, colaboradores, socios…) atesoran sobre ti allí donde realmente importa: en sus cabezas.
En esta charla que impartí en Honduras aporto distintos ejemplos para entender mejor este concepto de marca como huella en la mente:
La burbuja de la marca personal
Habrás observado que en los últimos años han aparecido miles de libros blogs, programas y supuestos coaches sobre desarrollo profesional.
Sí, existe una creciente burbuja de información (y una buena parte de promesas vacías) sobre este ámbito.
Con todo, yo prefiero quedarme con lo bueno. Y lo que te puedo asegurar es que a mí, el camino de desarrollar mi propia marca me rescató del momento más turbulento de mi carrera, tras la quiebra de mi primera empresa en 2008, como cuento en mi último libro Tiempo de reconstruirte.
La clave, en mi experiencia, es entender el desarrollo de una marca personal, no como un atajo a la popularidad en tu sector o a las ganancias fáciles. Sino como un camino que transitas todos los días y que consiste en:
- Identificar tus puntos fuertes, que son la base (el reason why, como dicen los marketinianos) de tu marca personal.
- Tangibilizar, inspirándote en esos puntos fuertes, cuál es esa marca indeleble que quieres dejar en los demás. Y mantenerla actualizada y relevante.
- Y por supuesto, trabajar tu visibilidad en el mercado.
Déjame que sea más específico con la ayuda de una herramienta de marca personal que me ayudó en un momento difícil de mi carrera.
¿Qué te hace diferente?
Esta es la única reflexión que debes hacerte para llegar a definir tu marca personal: ¿en qué eres diferente al resto de profesionales?
Este gráfico que puedes ver a continuación es una versión simplificada de una herramienta de creación de marcas que me enseñaron a utilizar en Londres, en un interesantísimo taller al que asistí cuando era el junior más junior de mi agencia, hace ya muchos años.
La reflexión comienza, como acabo de decirte, por la identificación de tus propias fortalezas tangibles, que verás que figuran en la esfera central: reflexionando sobre mis antecedentes en 2008 me doy cuenta, de que a pesar de que la situación era difícil, sí contaba con distintas fortalezas en las que apoyarme. Como una carrera dinámica, un buen bagaje académico, y el hecho mismo de no trabajar para un tercero me otorgaba una posición independiente. Aquí debes ser sincero y no auto-engañarte: solo sirven tus fortalezas reales. En un mundo digital totalmente interconectado, tu púbico no tardará en detectar cualquier falsedad que añadas a la coctelera.
A continuación, en la esfera exterior debes identificar aquellos rasgos diferenciales que, inspirados en las fortalezas anteriores, puedan contribuir a destacarte como profesional. Ten en cuenta que para realizar esta segunda reflexión no solo debes pensar en ti, sino en aquellos con quienes compites (y de quien debes diferenciarte) y sobre todo en tu público objetivo (las personas y entidades a quienes vas a dirigirte).
En mi caso, me di cuenta que la experiencia y me espíritu independiente, me permitirían hablar con autonomía de marketing y emprendimiento, incluso con un punto de rebeldía. Que esto podría servirme para retar a mis lectores, a mis colaboradores, a cualquier interlocutor en el plano profesional, a pensar de un modo diferente. Y así desmarcarme del conservadurismo y los lugares comunes del sector.
De ahí surgió «No Content, No Brand», que durante años ha servido como título de este blog pero sobre todo como resumen de esa marca personal orientada a cuestionar lo establecido. Que me ha servido como trampolín para impartir clases y conferencias en Latinoamérica y España y para publicar 4 libros,
Es el momento
No tengas duda: Es el momento.
Si bien es cierto que en las últimas dos décadas, la saturación de ruido informativo y publicitario se ha multiplicado, la buena noticia es que la era digital ha democratizado hasta tal punto la publicación de contenido que cualquier individuo se ha convertido en un medio potencial.
En otras palabras, si quieres popularizar aquello en lo que crees y a lo que te dedicas, hoy tienes múltiples herramientas para visibilizarte: blogs, Twitter, Instagram… hasta el ¿agonizante? Facebook.
Según la web Ciudadano 2.0, en España el 51% ya usa Internet para encontrar trabajo, el 31% tiene un perfil en alguna red profesional, y el 10% ha encontrado trabajo gracias a sus contactos virtuales.
No tengo duda: la marca personal puede ayudarte como fue mi caso. Y en estos momentos de vaivenes y crisis que parecen solaparse entre sí, es más importante que nunca.