Si has llegado a este artículo, tal vez estés en busca ideas de negocios rentables con las que inspirarte.
Ya bien entrado 2022, a quienes tenemos una empresa que mantener a flote nos suele asaltar el siguiente pensamiento:
Hace tanto tiempo que estamos en crisis y por razones tan diversas que hasta hemos olvidado lo que era no estar en crisis.
El empleo parece remontar, es cierto, y eso es una gran noticia para la economía, pero el temor y la incertidumbre provocan que, en la mayor parte de los casos, nuestros clientes se palpen los bolsillos y reconfiguran sus necesidades. Esto es, se replantean el destino de su dinero.
En este contexto: ¿es posible recomendar ideas de negocios rentables? Esto es, ¿realmente son válidos esos checklists de supuestas oportunidades infalibles que habrás visto en blogs oportunistas o en revistas de emprendimiento?
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Las ideas de negocios rentables / infalibles no existen
Y no existen por dos motivos:
- Las ideas en sí mismas no valen nada: recomendarte que te dediques “al marketing digital”, “la inversión en criptomonedas”, o hacerte “data analyst” es como no recomendarte nada. Porque lo que vale es tu capacidad de ejercer esas actividades mejor que los demás, no el hecho de identificarlas.
- Si fuese cierto que esas actividades son tan lucrativas, se saturarían de forma inmediata. Pero no por pequeños empresarios, sino por grandes fortunas, cuya prioridad es colocar su dinero en los lugares más rentables. Porque si no mueven su dinero continuamente para rentabilizarlo, ese dinero pierde valor.
En definitiva, las ideas de negocio rentables no apuntan a sectores concretos. Muy al contrario, pueden darse en cualquier sector.
Pero sí tienen un aspecto en común:
Si quieres que un negocio te vaya bien en tiempos de incertidumbre debes entender a la perfección la importancia de tu precio y tu valor.
Eso es lo que te quiero aportar en este artículo, basado en mi propia experiencia, si buscas ideas de negocios rentables.
Sigue leyendo.
Precio versus valor
La mayor parte de la gente (incluso profesionales del marketing con los que he trabajado) confunden precio y valor. Cuando realmente no hay confusión posible porque son cosas opuestas. Y es importantísimo diferenciarlas ya que en interiorizar esta diferencia estriba dar con una idea de negocio lucrativa, sea cual sea el sector.
Veamos:
- Precio: el precio es la variable clave de tu venta porque define la barrera de acceso a tu producto para los clientes, y al mismo tiempo es el múltiplo del dinero que te entra, junto a tus unidades vendidas.
- Valor: como te digo, el valor es lo contrario. Porque no lo fijas tú sino que lo infiere tu cliente al examinar tu oferta. Tu puedes dar o mejor de ti mismo para que el valor que percibe un comensal en tu restaurante, o un cliente al acudir a tu academia de idiomas sea el máximo. Pero la valoración final la hace ese cliente, no tú.
Insisto: tú fijas el precio. Y con ello decides qué rango de clientes van a poder comprarte.
Y tus clientes deciden si el valor es alto o bajo. Y con ello determinan si van a volver a por más, incluso hablar bien de ti a terceros o por el contrario van a salir huyendo para siempre…
En una sola imagen…
Este sencillo cuadro que a veces utilizo en mis clases describe las distintas opciones sirve para identificar las distintas opciones a tu alcance que surgen de la combinación de ambas variables precio y valor.
En tiempos de incertidumbre y, como hemos visto, reconfiguración de necesidades, tienes básicamente 5 alternativas a tu disposición (a no ser que quieras inmolarte apostando por negocios que ocupan los espacios marcados con una cruz):
- Si ofreces menos valor que la competencia (la fila inferior), es decir, si tu oferta va a ser presumiblemente interpretada por tus clientes como de peor calidad, todavía puedes tener éxito si tus precios son muy bajos. Ejemplo: No me dirás que los bocadillos de 100 Montaditos son de gourmet… pero es imposible cenar más barato. Y eso compensa para muchos clientes el bajo valor percibido.
- Si ofreces el mismo valor que la competencia, (fila central) lo más probable es que pases desapercibido, a no ser que, de nuevo recurras a recortar al máximo tus precios. Ejemplo: una aerolínea low cost como Vueling que te transporta de una ciudad a otra en el mismo tiempo que cualquier otra, pero por menos dinero (siempre en trayectos cortos de forma que no eches en falta un mayor confort).
- Y ahora toca ser imaginativo: observa la fila superior. Aportar más valor que la competencia puede no ser suficiente en tiempos donde la gente se refugia con frecuencia en productos a precios mínimos. Sin embargo, con 100% de seguridad te llevarás el gato al agua si logras aportar más valor que tu competencia y al mismo tiempo cobrar lo mismo o incluso menos que esta. ¿Imposible? En absoluto. Ejemplo: las pequeñas ventajas que aportan valor en los autobuses ALSA Supra, como el wifi gratis a bordo, siendo el autobús el transporte público de precios más bajos.
- O puedes aportar más valor por el mismo precio. Aquí la clave es que la percepción de valor emerja entre tus clientes: “olvida el tarifario, es que yo te estoy dando mucho más por ese dinero”. Ejemplo: los e-commerce de moda cuyos envíos y devoluciones son gratis aunque los artículos tengan el mismo precio que en otras tiendas. La conveniencia es un camino muy habitual para aportar más valor sin disparar tus precios.
- Por último puede que tengas la posibilidad de cobrar precios premium siempre que el valor que ofreces sea extraordinario. Hay una forma de conseguirlo: ofrecer versiones mejoradas a clientes que ya compran tus productos más básicos, de forma que en cierto modo ya has cultivado tu relación con ellos. Ejemplo: como cuento en mi último libro «Tiempo de Reconstruirte», en mi negocio de hostelería ofrecíamos a los clientes habituales un servicio a domicilio para empresas que les permitía diseñar a medida su pedido. Y esos pedidos llevaban un recargo de precio. ¿Otro ejemplo más notorio que el mío? En el excelente «Océanos azules» se estudia el caso de «Circo del sol» que, llamándose circo, puede elevar sus precios porque su propuesta de valor es radicalmente diferente a la de los circos tradicionales. Con lo cual hace volverse a sus competidores irrelevantes aunque sean más baratos.
En resumen: ¿ideas de negocio rentables?
Recuérdalo: en los próximos tiempos vamos a observar grandes flujos de consumidores cambiando de unas marcas a otras en todos los sectores. Lo que en marketing se denomina switching.
Y es ahí donde se encontrarán las oportunidades en el futuro, no en sectores concretos.
¿La clave? Como siempre, observar con celo lo que está haciendo tu competencia y encontrar formas de diferenciarte que se inspiren en uno de esos cuadrantes de oportunidad.
Saludos a tod@s.