¿Para qué sirve que me repitan hasta la saciedad que consuma lácteos si me he quedado sin motivos para consumirlos?
Ayer me desayuné con esta (espeluznante) página de publicidad en un suplemento dominical.
Asistimos a una brutal oleada de cambios en los patrones de consumo (el actual clima de desconfianza modifica nuestras necesidades y criterios de compra y reconfigura nuestras prioridades), que parece que están haciendo mella en el sector de los lácteos.
La solución
"Papá estado" parece que quiere ayudar a los grandes fabricantes a recuperar el esplendor perdido. Y no encuentra mejor forma de hacerlo que producir este original y comprar espacio en los principales medios impresos del páis (una página a color en cualquiera de los S.D. líderes supera los 30.000 euros de inversión en el mejor de los casos).
La cosa se complementa con la web lacteosinsustituibles.es, una colección de cifras y datos a favor del consumo de este tipo de productos.
¿De verdad que con 30.000 euros no se puede hacer nada mejor que esto?
Esta campaña parte de la premisa que siguen muchas otras marcas de que la publicidad es el "bálsamo de Fierabrás" que todo lo cura: puede impulsar a un producto, rejuvenecer a otro, o como en este caso, recuperar las ventas de una categoría que parece haber perdido protagonismo en nuestras vidas.
La cuestión es: ¿por qué abandonamos los lácteos?
- Si es por motivos dietéticos (distintos estudios han fomentado el desarrollo de percepciones negativas en torno al consumo de leche y lácteos en general), dudo que una creencia arraigada en nosotros después de haber leído un libro o haber visto un documental, se pueda desmontar mágicamente en un segundo con un anuncio así.
- Si es por razones de precio (en muchos casos son productos elaborados con un nivel percibido de precio alto: si haces la compra como yo sabrás que en la mayoría de los supermercados un pack de cuatro yogures desnatados te costará más de 2 euros, cuando por este mismo precio te llevas un kilo y medio de manzanas…), parece absurdo combatir la sensabilidad al precio con argumentos médicos/dietéticos.
En un caso u otro este anuncio me parece un fuego de artificio pueril.
Los humanos somos muy tozudos. Nos cuesta un mundo cambiar de opinión. Porque equivale a reconocer que antes estábamos equivocados.
Ha sido estudiado científicamente que lo primero que hacemos al ser expuestos a un estímulo publicitario es desplegar nuestra contra-argumentación, e.d. tirar de nuestro esquema de creencias para resistirnos a ser convencidos de lo que nos están contando. Sólo si los argumentos presentes en ese anuncio son más potentes que nuestra contra-argumentación, se desencadena el proceso afectivo (y luego comportamental) en relación al producto anunciado.
Así que para cambiar esa opinión necesitamos "coartadas" (argumentos) de verdadero peso. No una madre joven vestida de seminarista abrazándose a un bote de nata montada.
Y además invertir en esto me parece un gasto de recursos públicos obsceno.
¿Qué harías tú para convencer al consumidor que se ha alejado de los lácteos?
Hoy lo voy a poner a debate. Que aunque estemos en Agosto cualquier día es bueno para compartir reflexiones: ¿qué camino emprenderías tú?
- Contratar a SCPF o a Sra Rushmore para que desarrolle una campaña "más creativa" para los Suplementos Dominicales?.
- Hacer TV, que es donde está la cobertura?
- Pedirle a una autoridad médica que nos ayude a cambiar esas percepciones y poner a este médico famoso al frente de un micro-programa divulgativo por ejemplo en TVE?
- Desarrollar un plan de concienciación que apueste por comenzar desde la base, haciendo actividades en colegios?
- Patrocinando un equipo de alguna disciplina deportiva o un acontecimiento deportivo?
Saludos a todos.