Reflexionamos sobre el modelo de negocio de la televisión y su futuro en un mercado cambiante y convulso.
Leyendo un artículo de IBM titulado “The end of TV as we know it” me encuentro con este gráfico encantadoramente sencillo y precisamente por eso, buenísimo, para entender hacia dónde camina la televisión que todos consumimos y por la cual asoman las marcas para las que trabajamos.
El gráfico describe el proceso de cambio que está experimentando el consumo de televisión por medio de dos variables:
- El control del consumidor, que va en aumento. Un 40% de los hogares americanos está equipado con un equipo DVR, que nos permite ver cualquier programa a la hora que queramos, libre de interrupciones publicitarias. Se calcula que el 75% de sus propietarios usan los DVR a diario para eliminar los anuncios de los contenidos que desean ver. Como consecuencia, la importancia de las parrillas de programación se diluye: ¿para qué voy a estar pendiente de “lo que ponen en la tele” si puedo ver lo que quiera, cuando y como quiera?
- El acceso al contenido, que va abriéndose cada vez más: Internet universaliza el acceso a contenidos audiovisuales de todo tipo. No necesito pegarme a una cadena para seguir mi serie favorita, sino que puedo encontrarla mucho antes en Internet. Por tanto se debilita el poder de atracción de la cadena y se fortalece el contenido.
Los expertos intentan descifrar el rol de la tele en el futuro y muchos se ponen de acuerdo en que:
- Las cadenas deberán adaptar su modelo de negocio: en una televisión con parrillas de programación irrelevantes y audiencia que elimina los anuncios, los spots no tienen sentido. Los mensajes de marca integrados en el contenido (branded content) sí.
- Evolucionamos hacia un consumo de TV privado (una sóla persona ante la pantalla) en dispositivos electrónicos fijos y portátiles de todo tipo. La consecuencia será la hiper-personalización de la oferta (Video on Demand).
- Las teles deberán, como marcas que son, acercarse a su audiencia, mejorando su conocimiento de ésta, microsegmentándola y utilizando esa inteligencia de mercado para optimizar el desarrollo de producto y servicio.
Renovarse o morir.
¿Qué harías tú con tu empresa si el 95% de tus ingresos –los spots en el caso de las teles- tuvieran visos de esfumarse irremediablemente?
¿Ponerte a temblar y seguir parado o mover el trasero?