VENCE A LOS HOMBRES GRISES PARA QUE NO TE ROBEN TU TIEMPO

Hablamos de los «hombres grises», los malos de nuestro cuento sobre el futuro de la publicidad, porque nos hacen perder nuestro bien más preciado: el tiempo.

Momo

Erase una vez…

En el libro Momo de Michael Ende, la protagonista es una niña huérfana con una personalidad muy especial. Le encanta estar con sus amigos, sabe escuchar a los demás y disfruta de la vida.  Pero su mundo de pronto se viene abajo por la amenaza de los hombres grises.

Los hombres grises (que son los malos del cuento), se dedican a robar el tiempo de la gente para poder vivir.

Mi propio cuento
En mi propio cuento, "Big brother is dead: el día que el consumidor hizo callar a las marcas", son las marcas quienes nos roban nuestro tiempo.

Seamos justos: las marcas son sólo un conjunto de valores intangibles que anidan en un pequeño espacio de nuestro cerebro.  No hablan, ni se mueven, ni nos bombardean con sus mensajes, ni nos interrumpen, así que realmente no pueden robarnos nuestro tiempo. 

Son sus gestores quienes nos lo roban. 

Constantemente.  Te recuerdo que el habitante promedio de una gran ciudad puede recibir hasta 5.000 impactos publicitarios en un sólo día.

Ellos son los hombres grises de mi cuento porque:

  • no nos escuchan,
  • no nos conocen (compran sesudos estudios de mercado pero, repito, no nos conocen),
  • no hablan nuestro idioma, sino un dialecto artificial y barroco al que llaman lenguaje publicitario,
  • como no saben dónde encontrarnos, disparan en todas direcciones en la esperanza de impactarnos en algún momento con sus anuncios.

Armados con vetustos manuales de marketing de los 70, calculan de un modo mezquino el grado de riesgo que están preparados para asumir, y aún sabiendo que la vieja publicidad no sirve para construir relaciones equilibradas con sus clientes, siguen manoseando sus power points, contratando a sus agencias, produciendo y bombardeando indiscriminadamente anuncios y más anuncios. 

Porque seguir el modelo publicitario que siempre han conocido, el que siempre hemos conocido, es la mejor manera de conservar su status como ejecutivos.

En mi carrera he conocido unos cuantos de estos hombres grises. Y seguro que durante algún tiempo me habré convertido sin saberlo en uno de ellos.

Mantente lejos de ellos.  Si contaminan el trabajo de alguien, que sea el suyo, pero no el tuyo.  El futuro de la relación entre las marcas y los consumidores y el de la publicidad están en tus manos.  Y en las de gente como tú.

La Moraleja

  • Si trabajas en un anunciante: pon tu granito de arena para empezar a hacer las cosas de un modo diferente.  Considera a las personas que siguen tu marca como fans (por tanto debes ofrecerles un contenido increíble para que continúen siguiéndote) en lugar de clientes (deja los mensajes comerciales, la interrupción y la repetición obsesiva para los vendedores de enciclopedias) .  Da el primer paso antes de dar todos los demás: con pausa pero con aplomo.   En esta serie de artículos quizá encuentres claves para explorar nuevos territorios y contenidos en los que sustentar la relación de tu marca con sus fans.
  • Si trabajas en una agencia: recupera el conocimiento del consumidor.  Debes saber más de él que tus clientes los anunciantes.  Sal a la calle, monitoriza la red, intégrate en sus redes sutilmente.  Relaciónate con ellos con generosidad.  Y olvídate de aquello de que "el medio es el mensaje".  Hoy "el mensaje es el medio": cuenta la historia de las marcas para las que trabajas del modo más claro y consistente, no compliques innecesariamente el mensaje para hacerlo parecer "creativo" ni te limites a replicarlo en distintos soportes.  Como expongo en este arítculo, la publicidad debe servir para fidelizar clientes y vender productos, no para que otras agencias te admiren por lo listo que eres.
  • Si trabajas en una tele: deja de sufrir por el reparto de la tarta de TVE.  El reto no esta ahí, sino en diseñar y ofrecer a los anunciantes formatos que realmente impliquen al consumidor y le estimulen a avanzar dentro del embudo de fidelidad.  En este artículo puedes leer como Groucho Marx predijo ¿la muerte de la tele?.
  • Si trabajas en una productora, empresa musical o similar:  bájate ya del pedestal de artista en el que estás subido y acércate a las marcas, que necesitan tu contenido como el comer.  Encontrarás nuevos partners que te ayudarán a equilibrar tus cuentas.

Saludos y mucha imaginación a todos!