La valoración de Twitter en más de 8.000 millones de dólares (casi 6.000 millones de euros) generó hoy estupor en la Red y puso de manifiesto el bum que viven las redes sociales, que hace temer la gestación de una nueva microburbuja tecnológica.
Leo esta noticia sobre la valoración de Twitter y recuerdo instantáneamente una fiesta a la que me invitaron en Miami hace unos cuantos años, donde un grupo de neo-empresarios puntocom se pulían el dinero que acababan de recabar del capital riesgo para su start up. Esa fiesta era una postal de la primera burbuja puntocom.
Y no sé si disparates como esta noticia anuncian una segunda burbuja.
A mí en la carrera me enseñaron que la valoración de una empresa se realiza proyectando y descontando su flujo de beneficios futuros. También me enseñaron que el beneficio consiste en generar ingresos superiores a los costes.
Pues bien, algunos analistas argumentan que Twitter vale 8.000 millones de dólares cuando los 45 millones que ingresa anualmente ni siquiera llegan a cubrir sus costes. Esto es, pierde dinero. Y ni siquiera saben cuándo van a empezar a ganarlo.
Fundamentalmente porque su sonoro éxito de captación de usuarios (ya se acercan a los 200 millones) no va parejo con la generación de ingresos.
Un usuario es un usuario. Y sólo se convierte en un cliente si se deja la pasta. Los que usamos Twitter lo hacemos porque es gratuito y dejaríamos de hacerlo si nos cobrasen. Twitter es una empresa sin clientes (o casi).
En cuanto a los ingresos publicitarios, ya dudo que un interfaz donde lo que más se valora es la inmediatez y la no contaminación publicitaria, sobreviviese a la invasión de anuncios que necesitarían para oxigenar su tesorería.
¿Creéis en esto de los 8.000 millones?
Saludos a todos.