Agencia vetusta vs agencia moderna: ¿en qué lado estás?

¿Qué rasgos tienen las agencias que se aferran al modelo del pasado siglo? ¿Qué nuevas competencias necesitan adquirir?

Tanto si trabajas en una agencia como en un anunciante, coincidirás conmigo en que la profesión publicitaria está viviendo su punto de inflexión más acentuado en los más de cien años de historia que acumula.  Es un tema que intenté abordar en "Big brother is dead" y al que no tengo más remedio que volver: es el plan nuestro de cada día.

Los foros sectoriales, los medios especializados on y off line y las asociaciones se mantienen ocupados debatiendo sobre:

La realidad es que tanto uno como otro debate son completamente irrelevantes.  El futuro de la publicidad no pasa por recuperar un formato basado en la repetición y la interrupción en un único canal.  Ni tampoco por pelearnos a cerca de si debemos invertir en banners o en páginas a color en revistas.

El único debate que deberíamos avivar es cómo convertir a la publicidad en algo que el consumidor sí desee ver.  Sólo así los anunciantes lograrán alcanzar sus objetivos de notoriedad, likeability y conversión.

Sin embargo, es más que probable que si trabajas EN una agencia, o si trabajas CON una o varias agencias, encuentres que el modelo por el que se rigen se parece a este:

El enfoque de ayer

Ayer

  1. Investigar al consumidor para tratar de encontrar insights susceptibles de ser utilizados en la comunicación.
  2. Encapsular esos insights en formatos publicitarios de pequeña extensión, de tal manera que puedan ser repetidos de forma continuada.  Los anuncios deben ofrecer al consumidor una "solución" para ese "insight" que hemos descubierto.
  3. (Hasta los 90, cuando entran en juego las centrales de medios):  desarrollar un network de contacto con los medios y acumular suficiente masa crítica de campañas como para conseguir los mejores resultados de coste por impacto.

El enfoque de hoy (porque sin él, el mañana simplemente no existe)

Hoy

  1. La obsesión con la captación de insights de consumidor pierde su sentido.  Ninguna agencia puede superar el conocimiento que atesora su cliente sobre el target.  En lugar de obsesionarnos con el consumidor y cómo atraer su atención por medio de un brillante fogonazo de creatividad, debemos comprender el ADN de la marca a la perfección para desarrollar un territorio apropiable para ella, a partir del cual se pueda crear y comunicar una historia relevante al target. 
  2. Cuando tenemos este territorio, todo es mucho más fácil.   Esto ya no va de producir cápsulas publicitarias de forma industrial, sino de desarrollar una historia a medida que emana de la marca y que va evolucionando y sorprendiendo al consumidor continuamente.  Para ello una agencia debe dominar el mundo de la comunicación en todas sus vertientes, siendo capaz de detectar y explotar las oportunidades que se presenten.  No es fácil que los fans vengan a nuestra web a buscar el contenido, por eso es importante ponerlo a su alcance.
  3. La relación del consumidor con la marca (engagement) ya no es consecuencia de alcanzarle con un anuncio, sino de involucrarle por medio de una historia relevante y consistente.  Esa historia debe ser siempre la misma: en nuestros eventos, en nuestras redes sociales, en la TV, en el punto de venta, en un e-mailing, etc.

Pienso en ello y me doy cuenta de que urge un triple cambio de mentalidad:

  • De artistas del eslógan, las agencias han de pasar a convertirse en "contadoras de historias".  Es lo que algunos llaman pedantemente storytelling (en este link tienes un ejemplo reciente de la marca Mini). Si emitimos mensajes estáticos y repetitivos, los consumidores mirarán para otro lado.  Si les entretenemos con un contenido cambiante y sorprendente, vendrán a por más.
  • Además, las agencias deberían desarrollar una mentalidad de "productoras".  El primer examen que una campaña debe aprobar es el del entretenimiento.  Es erróneo pensar que un anuncio de Fairy compite por la atención de los televidentes con un anuncio de Mistol.  O que uno de BMW lo hace con Mercedes.  Los anuncios compiten con los contenidos que sí deseamos ver (un partido de fútbol, un documental o una película), y naturalmente, pierden la batalla el 100% de las veces… ¿no es hora de que lo admitamos y busquemos una manera diferente de hacer las cosas?
  • De "buscadores del impacto" las agencias han de pasar a convertirse en "gestores de relaciones".   El GRP es una medida caduca, que no nos sirve para calibrar la eficacia de una campaña.  ¿Qué importa quién declare haber leído una revista o visto un programa de TV, si cuando es el anuncio lo que está ante sus ojos en lugar del contenido que han elegido ver, simplemente lo ignoran? 

¿Qué modelo sigue tu agencia?  ¿Hasta qué punto está preparada para reconciliarse con el consumidor?

Saludos a todos.