EGOCENTRISMO: el cáncer de la publicidad

En la primera agencia donde trabajé, el Presidente, un prestigioso creativo con años de experiencia a sus espaldas, convocaba a los ejecutas más junior los viernes. Subíamos a su lujoso despacho en planta más alta del edificio y nos sentábamos solemnemente para ver junto a él algunos de sus spots preferidos. Luego nos proponía un juego: a modo de jurado de Festival publicitario, cada uno otorgaba su propio premio a la publicidad que acabábamos de ver. Leíamos en voz alta nuestros ganadores (intentando justificar nuestra decisión) y el presidente nos explicaba si habíamos o no estado acertados.

La publicidad es para vender: David Ogilvy dixit, 1960.

Siempre me ha fascinado la figura de David Ogilvy, el legendario publicitario. A diferencia de todos los demás publicitarios de su época que aún hoy dan nombre a decenas de agencias que se tambalean por el mercado, fue capaz de hacer un juicio visionario de la profesión.  Mientras, los demás se sentaban sobre sus millones […]