Siempre me ha fascinado la figura de David Ogilvy, el legendario publicitario.
A diferencia de todos los demás publicitarios de su época que aún hoy dan nombre a decenas de agencias que se tambalean por el mercado, fue capaz de hacer un juicio visionario de la profesión. Mientras, los demás se sentaban sobre sus millones a rodar el mismo spot una y otra vez.
Ha pasado medio siglo. La publicidad no funciona y los millones han volado. Con lo que sus palabras cobran más relevancia que nunca. Los siete minutos que dura este vídeo donde Ogilvy nos da su visión sobre la profesión publicitaria pueden parecer mucho tiempo pero merece la pena si trabajáis en algo relacionado con la comunicación, creedme. Aquí va:
Si bien el marketing directo (con su principio básico de enviar al destinatario un mensaje quizá individualizado pero que no me ha pedido) está igual de tocado de muerte que la publicidad convencional, sus argumentos subyacentes me sirven:
– La publicidad es para vender: si no, ¿para qué invertimos en ella?
– La publicidad «general» como él la llama, ha de fundirse forzosamente con el resto de disciplinas: ¿qué sentido tiene considerar a la publicidad como un mundo a parte de, por ejemplo, las redes sociales?, ¿no estamos hablando al final de relacionar a una marca con sus consumidores? En tal caso lo que importa es el fin (el contacto) y lo que contamos (el mensaje) no el medio donde le contactemos.
– El copy informativo está llamado a sustituir al copy retórico y literario. ¿Acaso la retórica nos va a permitir abrirnos paso entre los 5.000 impactos publicitarios que llega a recibir un ciudadano de una gran urbe?
No puedo estar más de acuerdo con su idea de poner a todo creativo fundamentalista a vender enciclopedias, cosméticos, lo que sea… puerta a puerta, para hacerles tomar conciencia de lo difícil que es y cómo puede conseguirse.
¿Qué opináis?
Imagino que no es un asunto que os vaya a dejar indiferentes a muchos de vosotros…
No content = No brand. Saludos.