Se supone que la filosofía que subyace en Internet, y sobre todo en Internet 2.0 es el espíritu colaborativo. Los bits que se propagan por la red en todas direcciones acumulan el conocimiento exponencialmente. Los beneficiados somos todos, ya que podemos acceder a ideas, noticias e imágenes desde cualquier punto del planeta y con total inmediatez.
Soy lector habitual de diez o quince blogs en español y en inglés. Sobre Marketing y empresa sobre todo. Escribir en este blog y leer en otros me permite estar al tanto de novedades que luego me facilitan el trabajo de dar clase o trabajar en estrategias para otras marcas.
Mi principal decepción cuando me uní a esto del blogging es que seleccionar este pequeño abanico de blogs me costó ¡doce meses!
Difícil de creer cuando Google ofrece más de 128 millones de resultados al buscar “blog marketing”. Encuentro que el mundo del Marketing en la red está monopolizado por una pseudoélite de freaks digitales con más interés por incrementar su número de amigos en Facebook que por entender y gestionar las relaciones entre marcas y consumidores. Decenas de blogs que supuestamente tratan sobre esto último, realmente están llenos de posts (no dudo que útiles, pero desde luego no prioritarios para mí) con crípticos consejos de tipo tecnológico sobre Twitter, Flickr, Xing… o incluso sobre videojuegos…
Creo que para aportar sustancia al debate de Marketing es imprescindible tener un mínimo conocimiento del consumidor y entender los resortes de su relación con las marcas. Ok, dentro de la red, pero también fuera de ella. Yo no soy Neo, y no vivo en Matrix.
Entiendo que a todo aquel que escribe (y por lo tanto incita una discusión y propaga sus ideas) debemos pedirle que exlique las ideas complejas del modo más sencillo. A veces en algunos blogs da la sensación de que el objetivo es justo el contrario: levantar una barrera de entrada a base de jerga puntocom para dejar fuera a los menos avezados.
Qué paradoja. Justo lo contrario a lo que se supone que es el espíritu de la red.