La paradoja de la innovación. ¿De qué te sirve ser el primero si luego no te recuerda nadie?

Leche ona 

Comparto con vosotros una breve reflexión espoleada por una historia de la que he oído hablar en la radio mientras medio intentaba dormir la siesta.

En contra de lo que pudiéramos pensar, el primer producto lácteo comercializado en tretra brik en España no fue de Parmalat, ni de Leche Pascual, ni de Central Lechera Asturiana, ni de Puleva… 

Fue de una marca llamada Ona.  ¿Alguien se acuerda de ella?  Este anuncio que he rescatado de una hemeroteca digital data de comienzos de los 60.  Ona era propiedad de una empresa asentada en Bilbao pero dirigida por un holandés.  Apenas fabricaban 5 litros diarios en briks triangulares, ya que la maquinaria funcionaba por métodos exclusivamente mecánicos y era pesada e improductiva. 

Con el tiempo la tecnología al servicio de la industria láctea fue avanzando.  Así como los hábitos de consumo de los hogares españoles.  La desaparición de la figura del ama de casa full time en las ciudades, disparó la demanda de productos con amplios períodos de conservación.  Y sin embargo, pese a haber sido la primera en llegar, Ona no llegó a beneficiarse de este boom.

Mi historia de abuelo cebolleta de hoy demuestra dos cosas:

– que una idea innovadora vale muy poco: tan poco como el tiempo que tardan tus competidores en fusilar la tecnología aplicada

– que lo que marca la diferencia entre los innovadores que desaparecen del mapa (Ona, Yahoo, Spar, Eiger-labs…) y los followers que llevan la ejecución de la idea a las cotas de mayor excelencia (Google, Mercadona, i-pod…) es la capacidad para descifrar las necesidades cambiantes de los consumidores y seguir aportándoles valor durante años, integrándose así en su mapa mental de marcas de referencia.

La innovación no es un fin.  Ya que innovar por sí solo no conduce al éxito empresarial perdurable. 

Innovar es un medio para destacarnos continuamente entre nuestros competidores y ante los ojos de nuestros clientes, en un reto de mejora continuo que no finaliza jamás.

Saludos irreverentes.