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D.E.P. Gran Hermano
Ni los más talibanes del GRP se atreven a cuestionarlo: la publicidad está sumida en un punto de inflexión gigantesco.
El modelo centenario basado en el bombardeo de mensajes masivos a audiencias masivas desde el altavoz de los medios masivos, se da de bruces con estas dos realidades del siglo XXI:
- Cuando el bien más preciado es el tiempo, cuando existe un Long Tail de contenidos a mi disposición para consumir lo que yo realmente quiera en cada momento, mi tolerancia a las interrupciones es mínima.
- Si además dispongo de mandos a distancia, DVR´s y software de ad-blocking a mi disposición,
Como contamos en Big brother is dead, desde que TIVO existe en Estados Unidos un tercio de los spots que las centrales de medios planifican y sus clientes pagan religiosamente, no los ve ni Dios. Porque la audiencia simplemente los elimina.
En la era digital el Gran Hermano publicitario, ese ente omnisciente que decidía que debíamos ver, oir y comprar en cada momento, ha pasado a la historia.
Internet ha matado al Gran Hermano
Sigo viendo mesas redondas, libros y revistas donde se sigue manoseando este debate caduco. La cuestió no es qué parte debemos invertir en off line u off line. Por un motivo muy sencillo: todo es ya on.
Escuchamos la radio en una App de nuestro móvil, vemos una smart TV en casa, leemos la prensa y las revistas en Internet…
No deberíamos perder el tiempo con debates de 1990. La clave ya no es el medio a través del cual impactamos con el consumidor. Sino la manera como enfocamos nuestra comunicación.
En medio de la creciente intolerancia del usuario al enfoque push, seguimos luchando por desarrollar metodologías que nos permitan acertar cada vez con el enfoque pull. La tarea no es sencilla: debemos conquistar una audiencia propia, en lugar de alquilar la de un tercero como solíamos hacer al poner en el aire los anuncios.
Internet ha matado al Gran Hermano dotando al consumidor de un poder que jamás había tenido en su mano. El poder de elegir, comparar, descubrir la verdad, y escoger aquellas marcas que realmente quiere en su vida, no las que le son impuestas.
La publicidad del futuro: aquella que las personas quieran en sus vidas
No, no voy a vender al Branded Content como la publicidad del futuro.
De hecho el término contenido no nos beneficia en nada a los que luchamos por una publicidad ética, no intrusiva y útil a quien la consume. No nos beneficia porque es un término vacuo e indefinido. Como dice Pablo Muñoz, máximo responsable de FCB y Vicepresidente de nuestra Asociación Española de Branded Content, «si todo es contenido, entonces nada será contenido».
Pero en una sociedad donde el 95% de las personas aborrece la publicidad y la equipara con «propaganda» (con toda su carga de connotaciones negativas), la única publicidad viable es aquella que la gente quiera en sus vidas. Ofrece a tu audiencia valor (e.d. información útil o entretenimiento, ¡no hay más!) y tirarán del hilo para saber y ver más de ti. Interrúmpeles con mensajes repetitivos y predecibles y te bloquearán o eliminarán.
Es así de sencillo.
Humildad, humildad, humildad
Ingrediente clave para entender la publicidad que el usuario quiere en su vida: la humildad.
Nuestras marcas no son perfectas, ni infalibles. De hecho muchas veces no son ni deseables.
Según un reciente estudio del grupo Havas, los consumidores no echarían de menos al 80% de las marcas si desapareciesen de la faz de la tierra mañana mismo.
No solo la publicidad, sino el Marketing que se avecina estará basado en un modelo más sostenible y ético, donde las marcas convivan y traten a sus clientes de igual a igual. Donde respeten su tiempo y su privacidad. Donde digan la verdad.
¿Es eso lo que nos enseñaron a hacer en las facultades de publicidad? Lo dudo…
P.S. Mucha gente me dice que Google es el «nuevo Gran Hermano». No les quito razón… Saludos a todos.