El mito griego del rey Midas nos hablaba de un rey que convertia en oro todo lo que tocaba, hasta que tuvo que pedir ayuda a los dioses para revocar su hechizo y poder alimentarse sin que su comida se transformase en el dorado metal.
El fin de semana pasado me leí Re-work, un libro con excelente críticas en Amazon. La versión en español la acaba de editar Empresa Activa con el título "reinicia".
Es uno de estos libros yanquis donde a veces la rápida exposición oculta una cierta farta de rigor en la argumentación.
En mi opinión los autores del libro, co-propietarios de 37signals, un exitoso fabricante americano de software cuya fórmula mágica es la descentralización con equipos pequeños y dinámicos y tele-trabajo, han decidido -autocontemplándose, entiendo- que tienen la fórmula del rey Midas para transformar a toda empresa en oro puro. Aplicando su propio modelo de negocio, naturalmente.
Repaso alguno de los ingredientes de esta "fórmula mágica", que los autores aderezan con frecuentes "fucking", "shit", etc. supongo que para sonar más contundentes…:
– No se aprende de los errores sino de los éxitos. Mmm… va a ser que no. Basta pensar en la evolución de la especie humana y entenderemos que nuestro tatarabuelos de los cavernas distinguieron las plantas y frutos comestibles de los que no lo eran perdiendo individuos por el camino. Y más adelante los navegantes para cruzar el océano, y la NASA para encontrar el camino del espacio… Aquí tienes algunos ejemplos que respaldan mi argumento.
– Evita plantearte estrategias de salida para tu negocio: ¿alguien se casa pensando en el divorcio? Pues sí: teniendo en cuenta que el 75% de los matrimonios americanos terminan en divorcio, aunque quieras mucho a tu mujer te conviene pensar bien si te casas en gananciales o en separación de bienes. No tener claro qué harías si te va mal es inconsciente. Porque si te va mal ya no tendrás la lucidez como para maniobrar y encontrar una salida airosa. Dicho lo cual, entiendo que opinen de esta manera, porque aparentemente nunca les ha ido mal.
– No copies porque eso te convertirá en un segundón. Sin ambages: me parece una solemne tontería. El mundo del arte, la ciencia y la empresa está lleno de ejemplos de personas y organizaciones que alcanzaron el éxito tomando prestada y mejorando una idea ajena. ¿Qué tal el ipod como ejemplo?
– Haz todas las tareas que puedas tú mismo. ¡Ya!: ponte a fregar y al mismo tiempo planifica tu futuro como un gurú. Mi reto como empresario es el opuesto: pretendo rodearme del mejor equipo que mi estado financiero actual me permita reclutar, porque de lo bueno que sea mi equipo depende la rápida expansión de mi negocio.
En el lado positivo:
– El libro tiene una base de pragmatismo que me parece muy acertada para empresas de pequeña estructura. Asi, recomienda no sobreplanificar e ir tomando pequeñas decisiones cada día con agilidad, conscientes de los riesgos, pero sin camuflar con aquello de "tengo que darle una vuelta a este proyecto" la falta de agallas para avanzar.
– Recomienda encontrar un equilibrio entre la vida profesional y personal. Todos sabemos que nuestra motivación y rendimiento bajan cuando trabajamos demasiadas horas. Aún así, ¿por qué está tan asentado en nuestra cultura que el empleado del mes es el que más horas le echa?
– Subraya la importancia en un mundo hiperconectado de dar respuesta en el acto a cualquier consulta de un cliente. Tengo tantos mails pendientes de respuesta (de universidades, empresas de sofwtware, tiendas, proveedores de telefonía, incluso algún famoso blogger que va de amigovirtualdetodoelmundo…) que me daría para escribir media docena de artículos. A lo mejor un día publico un listado de los interfectos… Cuando alguien me dice que no tiene tiempo para contestar a sus clientes (o a un proveedor, o a un colega, me da igual) me pregunto por qué se cree más importante/ocupado que el emisor del mensaje, que sí tiene tiempo. Todos tenemos trabajo. Y todos tenemos tiempo: es cuestión de saber administrarlo.
En suma, un libro algo fatuo (bonita palabra que jamás uso pero que ayer me recordó Igor), que nos cuenta un modelo de negocio idóneo para el éxito empresarial. Soy escéptico: hace más de 50 años que se publican libros sobre el éxito en los negocios, y sin embargo todos los días caen decenas de empresas. Porque las empresas trabajan con clientes muy diferentes en contextos muy diversos, y se orientan a satisfacer necesidades cada vez más complejas y cambiantes.
Esto de gestionar una empresa tiene más de arte impredecible que se masteriza poco a poco cada día, que de ciencia.
Saludos irreverentes.