Estoy negro con las aseguradoras Low Cost: he tenido dos experiencias de servicio deleznable de dos posibles.
Hace dos años me compré un Scooter y lo aseguré con AMV. A los pocos meses un conductor despistado me llevó por delante y me dejó la moto siniestro total. La reparación era más cara que una moto nueva. Aún así me metí en la reparación por consejo de AMV, que seis meses después todavía no había resuelto el pago del siniestro con Mapfre, la aseguradora del contrario. Gracias a un amigo de Mapfre, pude resolver el tema.
Naturalmente me di de baja de AMV, por la incompetencia en las gestiones pero sobre todo por su servicio al cliente cutre, junior hasta la ingenuidad, y bastante escaso de educación y predisposición a luchar por un cliente agraviado. Después de 3 cartas por mi parte, aún estoy esperando recibir una mínima disculpa por escrito. No la recibiré. Pero no pasa nada, duermo bien por las noches sin ella.
Buscando ofertas me econtré con esta oferta que hoy publico. Línea Directa me pareció una de las aseguradoras de bajo coste más fiables (la persistencia publicitaria aún provoca ese efecto en los consumidores). Además me ofrecía un descuento de 50 eur al contratar on-line, que en términos absolutos puede parecer irrisorio, pero que en relación al bajo precio de un seguro de moto a terceros, es interesante. Así que lo contraté.
En las condiciones al pie pone que los 50 euros se reembolsan una vez recibido el pago del seguro (prima anual). El caso es que el seguro lo pagué el 20 de mayo de 2009: ¡hace un año! y todavía no me han enviado mis 50 euros. Sé que a alguno os parecerá de Paco Martínez Soria luchar por 50 euros pero les he llamado dos veces reclamándolos.
Y también intuyo que no me los pagarán. Así que ya puedo decidir si también me doy de baja de Línea Directa o busco alguna aseguradora a granel más. Todavía me quedan algunas 😉
Me preocupa que el bajo precio pueda ser una justificación para bajar el listón del servicio a niveles inaceptables. Esta no es la esencia de las low cost, sino la idea de despojar al producto de aditamentos superfluos para mantener su precio bajo y por lo tanto al alcance de un público más amplio. El servicio no es un aditamento innecesario. Es simplemente imprescindible.
Ahora que lo pienso, más que bajar el listón, lo están pisando. Al menos conmigo.
Saludos irreverentes.