Zara vs Hawkers: cuidar la marca… o prostituirla.

El crecimiento fulgurante de Hawkers ha atraido el interés de profesionales, estudiosos y curiosos en general por el mundo digital.  Al documentarme para escribir este post he visto alabanzas como «el éxito absoluto de Hawkers», que atribuyo a un estado de sobre excitación digital.   El éxito absoluto no existe en un mundo sometido a un proceso de cambio constante.

Pero es comprensible: Hawkers aparentaba ser el paradigma de la gestión de Big Data.  Con la implacable frialdad de un Terminator, la inteligencia rápidamente volcada en los servidores de Hawkers habría permitido separar el grano de la paja (la masa de los sempiternos leads) hasta hacer multimillonarios a sus fundadores.  Y hacerles embarcarse en rutilantes inversiones: como el patrocinio de Los Angeles Lakers o del astro argentino Lionel Messi.

Como los mismos propietarios de la marca afirmaban, «cualquier famoso que cumpliera ciertos requisitos era bueno para promocionar las gafas…: Paula Echevarría, Andrés Velencoso, Luis Suárez o Nicolás Almagro». 

¿Diferenciarte sin un propósito? MISIÓN IMPOSIBLE

En un mundo saturado de oferta, lo que hacemos (consultoría, producir bebidas refrescantes, automóviles o frigoríficos…) difícilmente va a diferenciarte.

Cada vez más categorías de producto sufren comiditización (e.d. en ellas los productos se parecen técnicament entre sí como gotas de agua.

En este contexto, contar lo que haces en tu comunicación solo invita al sopor.  Porque es predecible y anodino.  Porque todos tus competidores probablemente están contando lo mismo.